jueves, 6 de mayo de 2010

La media naranja y La Escucha Activa


Hace más de 20 años que estoy trabajando con familias y es en el área de comunicación que con nuestra media naranja se presentan nuestros mayores problemas. Uno de los retos de la vida en familia es la comunicación, que si bien orientada nos pude ayudar en la resolución de conflictos.

“Habituemos a dar señales claras de que estamos escuchando”

La escucha activa no es algo innato, pero la podemos aprender y habituarse a aplicarla día a día como forma de comunicación.
Escuchar activamente es estar atento a todo el proceso de comunicación, además de escuchar lo que nuestro prójimo (cónyuge, hijo amigo etc.) tiene a decir o sea, el mensaje verbal, debemos también observar y analizar con detenimiento toda la comunicación no verbal de nuestros interlocutores. Si queremos que las personas que están comunicándose con nosotros sientan que estamos prestándoles toda nuestra atención, nos conviene dar “señales de escucha” tanto a nivel verbal como no verbal.
En el Ámbito Verbal emitiremos palabras que demuestren nuestra atención y nuestro apoyo: “claro”, “lógico”, “desde luego”…
Elaboraremos alguna pregunta para ampliar o aclarar el contenido de los mensajes:
¿Tú crees?, ¿cómo fue exactamente?, ¿qué pasó?...
Facilitaremos, a veces, las palabras que parecen buscar nuestro interlocutor.
Repetiremos algún contenido que sobresalga por su importancia: “en tú opinión lo que pasó fue…”
Resumiremos los aspectos claves cuando la conversación ha sido prolongada.
No interrumpiremos cuando la otra persona trata de expresar algo que le cuesta.
En el Ámbito No Verbal nuestras señales de escucha serán:
Mirar directamente a los ojos.
Acercarnos físicamente con la postura un poco inclinada hacia a la persona que nos habla.
Expresión facial de atención que demuestre claro interés.
Movimientos de cabeza, a veces también de las manos, para estimular nuestro interlocutor.
Reflejar en nuestro rostro la emoción que siente la otra persona.
Sonreír: la sonrisa es nuestra principal aliada cuando queremos eliminar barreras y hacer con que la otra persona se sienta bien.
Recordemos que para que la comunicación se desarrolle de forma adecuada el interlocutor tiene que sentirse primero escuchado y después comprendido.

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